El amor para mí ha cambiado. Más que ser sonrisas ajenas, es la sonrisa de Dios en una de sus bellas creaciones...

Trato de recordarme eso diariamente. Cómo me da ahora la oportunidad de comprender que absolutamente todo viene de Él. Por la misma razón es difícil pedir algo sin sentir que estoy siendo ingrata, sin sentir que soy yo la que verdaderamente puede dar más.

¡Cómo me gustaría sentirme con derecho a exigir! Decir que es injusto cómo las personas dejan de esforzarse, cómo dan por hecho que siempre estarás allí porque tú lo has prometido. ¡Cómo vuelan las palabras! ¡Cómo vuelven las palabras! Y lo peor es que no vuelven a nuestra boca, vuelven al corazón, quizá donde más se sienten.

Quisiera a veces poder decirle que he dudado, que sigo teniendo expectativas de todo esto y que no ha cumplido con todas ellas. Me gustaría hacerle saber que a veces me gustaría escuchar más palabras de sus labios. Me gustaría decirle que en días malos espero que me diga que todo va a estar bien, que me cuenta una anécdota de formas tan únicas como sé que él puede hacerlo. Me encantaría que leyera mi mente en los momento que siento todo tan monótono, tan sin sentido.

Me gustaría que a veces se diera cuenta de que lo que dice no es lo mejor. Más conciencia tal vez, acerca de todo, acerca de la fugacidad del tiempo sobre todo, de cómo tan fácilmente existe el riesgo de que todo se venga abajo si no cuidamos lo que ahora tenemos la bendición de tener.

Alejándome de mi lado egoísta, puedo decir que agradezco a Dios, porque me ha demostrado muchas veces que me lo puso a él en el camino haciendo que me viera bendecida de maneras indescriptibles. Sé que me ama cuando ni yo me soporto, sé que cree en mí cuando mi pequeño mundo se viene abajo, sé que escucha mis ideas y las considera por muy locas que sea, sé que me hace sentir bien cuando sabe que no puedo lidiar conmigo, se queda conmigo cuando le he dicho que no hay necesidad de hacerlo, cuida de mí, me escucha, ora por mí de vez en cuando, comparte conmigo esos hermosos domingos que Dios nos da para alabarlo a Él mientras nos expresa su amor.

Sé que Dios me pide tolerancia y paciencia, porque sé que amo para él, no para mí, porque sé que cada oración, cada espera y cada vez que piense que en realidad algo no anda bien, es porque Él está obrando en esta relación. Debo darme, no esperar a recibir, porque si él es paciente conmigo, quiero ser comprensiva y amorosa cuando él lo necesite.

Estas letras llenan mi garganta de un buen tiempo atrás, tal vez sea un error tenerlas guardadas, pero sería todavía más injusto expresarlas, sobre todo porque son el fruto de momentos de confusión y de una mente que vacila...

Dios me tiene aquí. Dios me llevará a través de todo.

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